El sueño desde el nacimiento hasta los 4 meses

Los bebés de esta edad pueden dormir de 14 a 20 horas diarias repartidas entre múltiples siestas y sueño nocturno. La duración de las siestas es muy variable hasta los 6 meses, y pueden ser de 20 minutos hasta incluso 3 horas. Los bebés recién nacidos suelen hacer tomas cada 2-3 horas (a demanda, independientemente del tipo de lactancia) pero también es normal si necesitan comer cada menos tiempo o incluso si hacen la noche del tirón. 

 

Aún no distinguen entre el día y la noche y sólo tienen dos fases de sueño: activo o REM (durante el que se produce la maduración cerebral, se instauran aprendizajes) y tranquilo o NREM (durante el que su cuerpecito descansa). 

 

Es esencial en esta etapa exponer a los bebés a la luz diurna, especialmente de las primeras horas de la mañana, para ayudarles a regular su reloj circadiano

De los 4 a los 7 meses

A los 4 meses se produce la regresión de sueño más importante de los peques, ya que pasan de tener sólo dos fases a cuatro. Esta evolución puede traer consigo más dificultades a la hora de dormir a tu peque, un aumento de los despertares nocturnos, etc.

 

Hacia los 6 meses ya suelen tener bien establecido el ritmo circadiano, aunque su sueño puede verse afectado en este momento debido a la introducción de la alimentación complementaria

En esta etapa pueden dormir de media unas 16 horas repartidas entre el sueño nocturno y múltiples siestas, que se organizarán en 3 sobre los 6 meses. Pueden hacer unos 3-4 despertares nocturnos para alimentarse.

De los 8 a los 12 meses

En esta etapa, los peques pueden dormir unas 14 horas de media: unas 11 o 12 sobre la noche y otras dos o tres repartidas entre tres o dos siestas, ya que hacia los 8-9 meses pueden perder una de ellas.

 

Es esperable que se despierten alrededor de dos o tres veces para comer por la noche

Además, el desarrollo evolutivo de los bebés y todos los cambios que experimentan hacen que tengamos dos regresiones en esta etapa: a los 8-10 meses pueden aparecer la angustia por separación, el desarrollo de la habilidad de gatear, etc. Y en torno a las 12 meses la regresión se debe, entre otras cosas, a la aparición de la habilidad de caminar.

De 12 a 18 meses

Las necesidades de sueño de los niños y niñas de esta franja de edad son unas 13 horas entre sueño nocturno y diurno. Empiezan la etapa con dos siestas y se quedarán con una en torno a los 14-18 meses.

 

Es completamente normal que hasta los 18 meses aún necesiten despertarse al menos una vez para hacer una toma. 

 

Hacia el final de la etapa puede aparecer la regresión de los 18 meses relacionada de nuevo con la angustia por separación.

De 18 a 24 meses

En esta etapa los peques pueden empezar a hacer noches del tirón sin despertares para alimentarse. Duermen una media de 13 horas diarias entre la noche y su única siesta

 

Es común en esta edad que, si están sobrecansados, puedan aparecer los terrores nocturnos y las pesadillas. Y alrededor de los 24 meses aparece la última regresión, caracterizada por la adquisión del yo, de una conciencia de individualidad que hace que necesiten manifestar sus preferencias y aparezca, por ejemplo, una resistencia a la hora de irse a dormir.

Mayores de 24 meses

A partir de los 2 años, el sueño es cada vez más estable. Si aún duermen siesta, la media de sueño diaria es de unas 13 horas. Los peques perderán la siesta entre los 3 y los 5 años y entonces dormirán en torno a 11 o 12 horas nocturnas.

Los bebés pueden tener despertares nocturnos para comer hasta los 18 meses. ¿Que hay bebés que aguantan toda la noche desde muy pequeñitos? Sí, pero no es lo habitual. No pienses que estás haciendo algo mal porque tu caso no sea así.

El pecho para los bebés no es solamente una forma de alimentarse. Es calma, consuelo, seguridad y mucho más. Por tanto, aunque a nivel nutricional tu peque no necesite comer por la noche no significa que no necesite la tetita. 

Los despertares nocturnos tienen distintas causas, no sólo la alimentación. A veces necesitan la presencia de sus figuras de apego para sentirse seguros y tranquilos.

Es esencial cuidar el descanso de toda la familia, ya que la falta de sueño tiene consecuencias perjudiciales para nuestra salud.

No tenéis que prescindir del colecho ni destetar para conseguir mejorar el sueño nocturno si no es vuestro deseo.

Un buen conocimiento sobre las necesidades de los bebés en cada fase de su desarrollo nos ayudará a ajustar nuestras expectativas y a gestionar mejor la situación que estamos atravesando. 

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